martes, 27 de noviembre de 2007

C'était un rendez-vous

No voy a entrar en categorías morales. Esta película es increíble. Cuando Claude Lelouch -parisino de 1937- terminó de rodar Si c'était à refaire en 1976, decidió invertir los 9 minutos que le habían sobrado de cinta en rodar un capricho exhilarante y peligroso.

Los que conozcáis París la disfrutaréis quizá un poco más: de la Péripherique a la altura de La Défense al Sacré-Coeur en 8 minutos y pico (el mayor temor que tuvo Claude, según cuenta, es que se le terminara la cinta antes de llegar), a 150 kilómetros por hora, en una sola toma y sin efectos. Abriendo, una de las mejores bandas sonoras de la historia del cine para algunos (un corazón latiendo, un motor italiano); cerrando, el amor (que no se escape).

12 comentarios:

Lara dijo...

Acojonante!

MSalieri dijo...

A pique matarse...

Anónimo dijo...

Joder

Anónimo dijo...

¡Qué subidón para empezar el día, ¿no?! Es que me ha parecido que era al amanecer, ¿verdad?

Lara dijo...

(yo creo que sí, a qué otra hora estará París con tan pocos coches)

Miguel Marqués dijo...

Sí, sí, era a las 5.30 de la mañana. Anécdotas del rodaje: el conductor es el propio director, Claude Lelouch. Ese mismo día fue detenido y le retiraron el carné, pero se lo devolvieron el mismo día (estamos en los setenta, y Lelouch era un director conocido. ningún miedo al salsa rosa).

Hoy día a alguien así se le llama asesino, o como poco "hijo de puta", a gritos, cuando pasa por nuestra calle. Y con toda la razón. Pero esta pieza (que fue ilegalizada y sólo empezó a venderse en vídeo en los 90 y a 50 dólares la copia) me parece de una espontaneidad brutal, a la vez épica y poética. Con un toque de inocencia con ese abrazo final en las escaleras de Montmartre.

Aparte del hipnótico espectáculo de los adoquines de París a mil por hora, las palomas asustadas y el motor y los neumáticos gritando a voces "¡espérame!".

Y una última delicatessen: un tío que ha hecho, con Google Maps, un seguimiento por las calles de París sincronizado con el vídeo: http://bhendrix.com/wall/Gmaps_GVideo_Mashup_Rendezvous.html

Anónimo dijo...

Me atrevería a decir que era en fin de semana... A mí me parece un contraste: un hijo de puta adorable (bruto y cursi a la vez)

Anónimo dijo...

¡Increíble!

conde-duque dijo...

¡Qué bueno! Desde luego el tío se la jugó...
Ahora, que le eche huevos y que venga a hacerlo a Madrid. No dura ni cien metros...

Anónimo dijo...

¡Impresionante!
L y yo seguimos el trayecto conociéndolo más o menos. Menos, yo; y más ella, que iba todo el rato diciendo "ahora cogerá una calle a la derecha".

Precisamente, cogimos un taxi hace poco desde cerca de la Concorde hasta Pigalle, repitiendo una pequeña parte de ese recorrido y tardando 4 veces más (pude reconocer algunos tramos).

¡Vaya generación, la de la Nouvelle Vague! Con la conciencia de tantas cosas por hacer. Nada manieristas todavía.

¡¡Brutal!! Gracias, Miguel

Recaredo Veredas dijo...

Me han gustado, sobre todo, los perfiles borrosos de los viejos coches, de los tiburones y los renault. Un corto muy original y un interesante estudio sobre el punto de vista. Buen blog.

Anónimo dijo...

Sí, los tiburones y los renault, en esos colores caramelo y verde botella, gastados por treinta años de historia! Míticos!

Y el punto de vista, cierto, impresiona. En la proa del barco y a todo trapo a por el tesoro.

Un saludo, Recaredo :)