jueves, 21 de diciembre de 2006

Todas las capitales



Ese podía ser yo, pero en español. Os lo juro, lo mismitico (los que me conocen de más enantes lo saben). ¡Qué lástima!

8 comentarios:

MSalieri dijo...

Miguel, admítelo, tienes un hijo bastardo por ahí...

Gerardo dijo...

Jejeje

Anónimo dijo...

tu nunca te has hechao una novieta hindú?

Anónimo dijo...

pobre crío! qué será de él cuando crezca?! yo te lo diré- se convertirá en un sabiondo pretencioso y engreído, en un pedante, vaya :P sí, es una verdadera lástima, con lo ricos que son de renacuajos...

Anónimo dijo...

¡oh, que jovencito tan encantador para tener una madre (o maestra) tan pedorra!

¿Tal que así, me fuiste? ¿Sin parar ni parar un momento? (pobres padres tuyos)

¡Fantástico, joder! Con lo quietín que te quedas ahora.

Ahora te veo muy mejorado.

Anónimo dijo...

confiesa!

Miguel Marqués dijo...

Ni novia hindú (más quisiera), ni ná. Y sabihondo y pretencioso lo soy, pero sobre todo contigo, Olka, porque te hace reír, y porque en el fondo, tú también lo eres, a tu manera.

Sí, yo era así, pero no tuve maestros. Tan sólo mi abuelo el maestro y fascista, que me regaló mi primer atlas con muy pocos años. Recuerdo con enorme fruición tardes y tardes recorriendo líneas de costa y repitiendo mentalmente nombres exóticos en voz baja tirado frente a la chimenea, o en mi cama.

Sorprendía más a mis amigos en la calle que a mis padres con esas retahílas de países imaginarios y capitales tremebundas.

Cuando crezca pues seré como aquél chaval de Magnolia que lo ganaba todo en los concursos de preguntas de la tele y termina de adulto muy, pero que muy mal. ¡Qué triste!

Anónimo dijo...

sabihondo, sí. Pretencioso, nada. Lo sé yo que te tengo vigilada la nuca casi todo el día y por ahí es por donde se sabe. El pobre niño indio (que no sabemos si hindú), a diferencia de ti si tiene una pedorra preguntándoselo todo.

Lo tuyo es más tierno, tú solito soñando con el mundo a partir de un librote.

Por cierto, aquella excompañera nuestra que te comenté que su padre, perteneciente a la casta guerrera japonesa, vio una foto de Despeñaperros de niño y se empeñó en conocerlo, que al terminar la carrera le pagaron un viaje a España y ya no ha vuelto a salir de aquí salvo en vacaciones, es la Emilia A. que ha vuelto de Dublín.

Y del gran viajero occidental de la segunda mitad del veinte, Chatwin, ¿qué me dices?

Olka!!! Si andas por aquí y me lees¡¡¡vuelve a publicar!!! Echo mucho de menos tus traduccciones.