lunes, 29 de enero de 2007

Esquirlas



Cuando el humo hiele

entre mil esquirlas

de tiempo que son una

finísima placa metálica

que abre carnes

y uñas

Redimirlas y herirlas

grita,

en un momento

en que

No habrá sal que en el mar riele

No habrá lana que gima al viento




Tiempo detenido

perpetrado, bloqueado de que

todo no obstante ocupe un

lugar único, inevitable, en el instante

en que

vidas paralelas confluyen

entre raíles

y tu tiempo es el que debes

el que perdiste

el que te queda



Es como contener la respiración

bajo agua,

abrir los ojos y sonreír

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Un relato que escribí terminaba con esta frase "... que en realidad era un ahogado que seguía respirando. Simplemente".

Aunque tu personaje le gana al mío porque sonríe. Puedo verlo, sí. Está muy bien contado (¿o en poesía se dice cantado?).

Miguel Marqués dijo...

Esto se escribió en Sosúa, en la costa norte de La Española, en la azotea de la casucha que se llamaba "el trabajo", en primavera de 2003. Fue un momento de quietud tan extraño: estaba yo solo, todos trabajaban y yo tomaba café, me preguntaba qué hacía tan lejos de todo y me sobrepasaba el rumor de las palmas y de los puercos comiendo de ellas. Todo era de una quietud atenazante y cómoda y así salió lo que salió por escrito.

Miguel Marqués dijo...

Vamos que no sabía muy bien lo que quería decir y tampoco con toda precisión lo que sentía. Lo intenté remediar escribiendo y, vamos, que así me luce el pelo y la plumilla.

NáN dijo...

Pues el tonto ese de Igor se ha dado un columpiazo de aquí te espero, porque si él sabe el por qué y el autor no, ¡a ver si adivinas a quién creo!

abrazuelo

(¿agua o café o algo de la máquina?)

Lara dijo...

vaya dos...

je